A principios del siglo XX aparece el grupo poético Piedra y Cielo, que tomó su nombre de un libro de Juan Ramón Jiménez. Jorge Rojas, Eduardo Carranza, Arturo Camacho Ramírez, Carlos Martín, Darío Samper, Gerardo Valencia y Tomás Vargas Osorio se reunieron para publicar unos cuadernillos quincenales, a finales de 1939 y principios de 1940. Cada uno de estos siete poetas escribió un cuaderno, con un prólogo de Jorge Rojas, el mecenas del grupo. En orden de publicación, los cuadernillos fueron La ciudad sumergida, de Jorge Rojas; Territorio amoroso, de Carlos Martín; Presagio de amor, de Arturo Camacho Ramírez; Seis elegías y un himno, de Eduardo Carranza; Regreso de la muerte, de Tomás Vargas Osorio; El ángel desalado, de Gerardo Valencia, y Habitante de su imagen de Darío Samper.
Según el prólogo del poema La ciudad sumergida de Rojas, que se puede considerar una especie de manifiesto, estos poetas decidieron publicar su “entrañable verdad”, la poesía en sí misma, sin mensajes políticos o segundas intenciones. Querían romper con la idea de que la poesía tenía que ser inteligente en vez de sentimental, ligada al cerebro en vez del corazón. También era una apuesta para lograr diferenciarse en el ámbito literario de la capital.
Nota del editor:
Esta plataforma busca acercar a los lectores jóvenes a la poesía de los poetas de Piedra y Cielo, pero también quiere hacerles un homenaje. Por este motivo, los poemas que aparecen en este sitio web tienen la gramática actualizada a la actual y se arreglaron errores de digitación, pero, en la sección “Cuadernillos”, se pueden encontrar los cuadernos originales para ver cómo se publicaron en el siglo XX, con las convenciones de la época.
Al tratarse de poesía, hay cosas que no se cambian porque se asume que fueron deliberadamente puestas así por los poetas y cambiarlas alteraría los poemas. Por esto, la puntuación de preguntas y exclamaciones se deja tal cual como aparece en los originales.